Los Arcos. Es una villa medieval, fundada sobre otra de origen Romano, posiblemente surgida de una encrucijada de caminos y que, por su condición de localidad fronteriza entre Castilla y Navarra, pudo gozar de los fueros de los dos reinos. En el testamento del Rey Teobaldo II, a finales del siglo XII, se menciona un hospital de peregrinos que él mismo sostenía. En la actualidad sólo se conserva el de Santa Brígida, que parte del siglo XV. El edificio más antiguo sobresaliente es la magnífica iglesia de Santa María con su espléndida torre renacentista del siglo XVI que inauguró el mismísimo Rey Felipe II. De su muralla medieval, únicamente se conserva el llamado Portal del Estanco y el Portal de Castilla, siendo por éste último por donde salian los peregrinos al reeprender el camino.
Cementerio a la salida de Los Arcos.
Camino hacia Sansol.
Sansol fue encomienda del Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes, como su nombre atestigua. Su iglesia parroquial, templo barroco del siglo XVII, está dedicada al Santo Mártir Cordobés, Zoilo, cuyas relíquias junto con las de San Félix, se guardan en el Monasterio de Carrión.
Salida de Sansol.
Viana a la distancia.
Viana, última localidad de Navarra, fue fundada por Sancho VII en la frontera con Castilla, con fines evidentemente defensivos, estuvo cercada de muralla y los restos actuales de ésta revelan su condición de plaza fuerte y fronteriza. Su monumentalidad se manifiesta en la abundancia de palacios y grandes casonas, todas ellas con escudos nobiliarios. La iglesia de Santa María, es un edificio gótico, cuya construcción se inició poco después de la fundación de Viana por Sancho VII "El Fuerte", en el siglo XIII y concluída en el siglo XIV. Son visibles las reformas hechas con posterioridad.
Después de un día muy largo y una fuerte caminata pernocté en un magnífico hotel de Viana llamado "Palacio de Pujadas". Gracias a Dios pude dormir bien y reponerme para cruzar al día siquiente hacia La Rioja y dejar atrás la comunidad autónoma de Navarra.