Salí temprano con Críspulo a inspeccionar los viñedos, terrenos y otras plantaciones. Fue una clase de viticultura enseñada por un gran maestro vinícola.
Plaza en Aranda de Duero.
Almuerzo con Doña Florencia, la matriarca de la familia, la cual se encuentra en muy buen estado de salud, con una mente ágil y una memoria privilegiada.
Fuimos a la misa y procesión de San Isidro Labrador. La misa se celebró en la iglesia de San Antolín Mártir.
El edificio más importante de Nava de Roa es su iglesia, reconstruida en el siglo XVIII. En su exterior se destaca la torre neoclásica por su altura y esbeltez. Posee una portada barroca de acceso. En el interior, se destaca el retablo mayor, de finales del siglo XVI, realizado por Pedro Cicarte. Interesante son también una pila bautismal del siglo XVI y un Cristo gótico de grandes dimensiones.
En esta pila bautizaron a mi abuela María Esteban Toledo, hija de José Esteban Lira y Justa Toledo Seguí, el 9 de Diciembre del 1899.
Procesión de San Isidro Labrador.
San Isidro, además de ser el patrón de los campesinos y trabajadores, es el patrón de Madrid. Nació alrededor del 1070 según se cuenta. San Isidro fue en su juventud un pocero que se mudó con su familia a Torrelaguna. Años más tarde y tras haberse casado, regresó a la ciudad de Madrid para hacerse agricultor. Fue en este momento cuando comenzaron a llamarle "Isidro Labrador". A partir de aquí, su vida cambia por completo y sorprende a sus vecinos con multitud de hechos sorprendentes o milagros que trajeron el bien para la comunidad. Son muchas las historias y leyendas que circulan sobre su identidad.
Fiesta de San Isidro.
"Pensión La Olma" propiedad de Dora y Críspulo.
Casa donde nació mi abuela María, que aún conserva la familia García-Quevedo.
Habitación donde nació mi abuela María. Según Dora, esta era la habitación que usaban las parturientas de la famila. Mi prima Elena fue la última en nacer en esta habitación.
Patio Interior.
Amigos preparando chuletillas de cordero, asadas sobre brasas de sarmientos.
Buscando vino para el asado.
En la Ribera del Duero el plato fuerte es el lechazo, asado en horno de leña, a la vieja usanza. No tendrá el recental más de un mes y por supuesto, no habrá probado la hierba. La época ideal para comer y saborear el lechazo es la primavera, ya que entonces la oveja come los nuevos pastos que sin duda, dan un mejor sabor a la carne de las crías. En una cazuela de barro, troceado en cuartos y a fuego lento, se deja asar el lechazo, que se irá haciendo en su propia sustancia. Aunque como siempre en las artes culinarias el secreto de un buen asado se esconde en la maestría y en el buen hacer de los maestros mesoneros. Otra de las especialidades de la cocina ribereña son las "chuletillas de cordero", asadas sobre las brasas de sarmientos. Como postres los quesos de oveja, blancos y blandos con miel, semicurados y curados, plenos de aroma y cuerpo. Dulces típicos las yemas y empiñonados de Aranda, el arroz con leche, y las rosquillas y pastas caseras cuyas recetas se guardan celosamente en las cocinas de los conventos, como las de las Dominicas de Caleruega. Acompáñese el asado de un pan de hogaza o torta de aceite, ensalada y un buen vino, joven, crianza o reserva de La Ribera del Duero. Y, Buen Provecho!
Los días que pasé con mi familia en Nava de Roa fueron inolvidábles. Conocer la tierra donde nació mi abuela, deleitar sus comidas y vinos, y aprender sus costumbres y tradiciones fueron una gran experiencia. Dora y Críspulo me recibieron con los brazos abiertos y me trataron como lo que somos, familia. Les prometí que pronto volveré a visitarlos y talvez para ayudarlos durante la vendimia. Que Dios los bendiga a todos. Hasta la próxima!